He comentado ya varias veces que si no fuese porque el director era Kenneth Branagh este remake no me interesaría lo más mínimo. Y es que, en general, considero que hacer remakes de grandes películas del pasado es innecesario. Pero la tarea se vuelve titánica si la película, además de ser una joya, es una cinta única e irrepetible. Como ejemplos podría citar «Casablanca«, «Laura«, «Jennie«… o «La huella«.
Branagh, un excelente director desaprovechado por la industria, intenta desmarcarse de la cinta original mediante una escenografía totalmente diferente, cambiando el barroquismo de los decorados por la sencillez de los espacios libres, eliminando todo obstáculo visual de los que en la cinta original ayudaba a crear el ambiente opresivo y morboso.
El problema es que, como en realidad el ambiente opresivo hay que crearlo igual, Branagh se ve obligado a tomar una solución visual similar y para ello necesita ubicar la cámara en ángulos imposibles o enfocar la escena a través de una cámara de seguridad para, enmarcando al personaje, trasladarnos visualmente la sensación de que está atrapado. Dicha solución visual, inteligente, a veces funciona y otras se muestra excesiva y forzada.
Con el mismo fin es utilizada la «tecnología» de la casa. Pero, además de mostrarnos el mando a distancia más universal de la historia (un sólo botón controla decenas de funciones diferentes de la casa), resulta tremendamente forzado que el personaje de Michael Caine cambie la luz de cada habitación en la que entran, o proyecte imágenes múltiples como en dos espejos enfrentados o, en fin, ambiente la escena a gusto del director. El cine es truco, sí, pero éste no ha de notarse.
Pese a lo dicho, o quizás por eso mismo, la labor de Branagh termina por ser lo más interesante de la película junto a la interpretación de Michael Caine, un monstruo de la escena de los más grandes de la historia del cine, y de un Jude Law que sabe mantener el tipo.
También la banda sonora de Patrick Doyle es de las que llaman la atención por su calidad, cosa que tampoco debería de extrañarnos viendo del autor de las bandas sonoras de «Mucho ruido y pocas nueces«, «Hamlet» o «Sentido y sensibilidad«.
Curiosamente es en el guión del nobel Harold Pinter donde veo otro de los problemas de la cinta. Porque si bien los diálogos siguen siendo brillantes e ingeniosos, Pinter decide introducir un puntito homosexual a la historia que, si bien algunos ven indicios de ello ya en la de Mankiewicz, aquí se muestra como clave en la historia.
Y ahí sí creo que se equivocan porque, de esta forma, pierde un poco el sentido el tema del juego por el juego, del duelo de ingenios, de la venganza por la venganza. Creo, de hecho, que ese «epílogo» resta parte del sentido a todo lo que se ha visto con anterioridad en la película.
Puestos a comentar fallitos, y aquí sí que viene un SPOILER de los gordos, tengo que mencionar que un disparo de fogueo no puede lanzar un cuerpo por los aires: una trampa muy descarada y totalmente innecesaria si no fuese por la obsesión del cine actual por mostrarlo todo en pantalla.
Como me pasa casi siempre que salgo decepcionado por uno de los grandes directores he recalcado más lo negativo que lo positivo en mi crítica. Pero que eso no os haga pensar que estamos ante una mala película porque no es así. Lo extraño, viniendo de Branagh, es que tampoco sea buena.
«La huella» (Sleuth) versión 2007 es, en definitiva, una película entretenidilla que se queda a años luz de lo que podría llegar a ser y de lo que, de hecho, ya fue.
Valoración final: 5 sobre 10
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Creo que han elegido un film que difícilmente pueda igualar al original. Muy buena crítica. Saludos!